¿Quién prohibió los panqueques a quienes se preocupan por su salud?
Los médicos están rompiendo estereotipos al demostrar que los panqueques aireados pueden convertirse en parte de una dieta saludable.
Lo principal es reconsiderar el enfoque a su preparación y servicio.

El primer paso para hacer panqueques saludables es dejar la harina blanca. Granos integrales, avena, almendras o garbanzos: esta elección no solo reduce el índice glucémico, sino que también enriquece el plato con fibra.
Una opción inusual es añadir a la masa puré de verduras de espinacas, zanahorias o remolachas. Esto le dará a los panqueques un color brillante y una dosis de vitaminas.
Los nutricionistas aconsejan eliminar el azúcar y utilizar agua mineral carbonatada en lugar de leche: la masa quedará ligera y porosa.
El principal enemigo de tu figura es el aceite en el que tradicionalmente se cocinan los panqueques.
Prueba a utilizar una sartén antiadherente y un cepillo de silicona: de esta manera la grasa se distribuye en una capa fina, casi sin ser absorbida. Incluso una cucharadita de aceite será suficiente para toda la porción si la sartén es de buena calidad.
Los aditivos clásicos como la leche condensada o la mermelada se consideran “trampas de calorías”. En su lugar, utilice mermelada sin azúcar, requesón ligero con hierbas o trozos de pescado magro.
El yogur natural sin aditivos será una alternativa a la crema agria, y las bayas frescas agregarán dulzura sin dañar.
Los panqueques son una base para la experimentación, no un motivo de remordimiento. El secreto de unos panqueques saludables es simple: sustituir los ingredientes por otros más nutritivos y prestar atención a los detalles.
Ahora puedes disfrutar de tu plato favorito sin temor por tu figura: solo haz una elección a favor de la conciencia, no de las prohibiciones.