El cabello fino no es una sentencia de muerte si conoces los secretos que convierten una “cola de ratón” en una melena lujosa.
Olvídate de las rayas rectas: hacen que tu cabello luzca plano, como panqueques sin levadura. En lugar de eso, mueve la línea de separación hacia un lado o crea un zigzag: esto agregará la ilusión de grosor incluso sin una plancha.
Y para evitar que las raíces queden como un “trapo”, ármate de… ¡un cepillo de dientes! Peina cuidadosamente los mechones desde la raíz, moviendo la raya un par de centímetros cada vez: de esta manera, el volumen será uniforme y no un “nido de urraca”.

A la hora de lavar el cabello fino hay una regla férrea: usar champú sólo en las raíces y acondicionador sólo en las puntas. Si enjabonas todo el largo, las puntas se convertirán en paja y las raíces pesadas perderán su volumen.
Pero es necesario secar el cabello al revés, apuntando el secador hacia las raíces: este truco hará que se "pongan de punta", como después de un peinado profesional.
¡La longitud importa! El cabello largo y fino pierde volumen por su propio peso, por lo que los cortes hasta los hombros o los bobs con degradado de varias capas son imprescindibles.
Los peluqueros aconsejan evitar los cortes rectos: las capas caóticas crean un efecto aireado, incluso si el cabello es naturalmente fino.
Y si no quieres desprenderte del largo, haz trampa con la coloración: las técnicas shatush o balayage resaltarán mechones individuales, creando un efecto 3D.
Elegir productos de peinado es una auténtica búsqueda. Olvídate de los aceites y geles que convierten tu cabello en carámbanos. Tus aliados son las espumas ligeras y los sprays etiquetados como “volumen”.
Y también el champú seco, que absorbe la grasa en las raíces y actúa como un marco invisible. Simplemente rocíe sobre el cabello limpio y péinelo con los dedos para lograr un peinado que durará todo el día, como si acabara de salir de la peluquería.
La opción más radical, pero que beneficia a todos, es rizar las puntas con un rizador o crear ondas suaves.
Y no tengas miedo de experimentar: a veces basta con cambiar la raya del cabello y secarlo boca abajo para que la gente a tu alrededor te pregunte: "¿Cómo lograste tanto volumen?".