Resulta que las recetas conocidas de la infancia pueden causar problemas digestivos tanto en adultos como en niños.
Los expertos han identificado los caldos de verduras como la mejor opción para el consumo regular.
Las sopas ligeras y sin exceso de grasa mejoran la producción de jugo gástrico y saturan rápidamente.

Pero ni siquiera estos alimentos deberían consumirse todos los días: tres porciones a la semana son suficientes para mantener el equilibrio.
Los caldos de carne ricos y las solyankas se consideran las principales “plagas”.
El alto contenido de sal y grasas animales tensiona los vasos sanguíneos y el sistema digestivo.
La sopa de guisantes con carnes ahumadas, a pesar de su popularidad, a menudo causa pesadez en el estómago debido a la combinación de fibra gruesa y grasas saturadas.
Se aplican restricciones especiales a los caldos de setas.
La proteína es difícil de digerir, lo que la hace peligrosa para los niños, los ancianos y quienes padecen enfermedades gastrointestinales. Los nutricionistas nos recuerdan que incluso los hongos comestibles contienen quitina, que los intestinos no absorben.
Los expertos destacan que el daño de la sopa depende del método de preparación.
Los caldos de verduras claros con hierbas siguen siendo una opción segura, mientras que el kharcho espeso o la solyanka se convierten mejor en una rara excepción gastronómica.
La regla clave es evitar el exceso de sal, las carnes grasas y los ingredientes difíciles de digerir.