El plov es un plato que mucha gente asocia con una festividad. Pero por alguna razón, en casa rara vez resulta tan sabroso como en un restaurante.
El secreto para un pilaf perfecto reside en un pequeño truco que sólo los profesionales conocen. Y hoy vamos a revelar este secreto.
Empecemos por elegir el arroz. Sólo ciertas variedades son adecuadas para pilaf: basmati, devzira o jazmín. No se desbordan y mantienen su forma.

Antes de cocinarlo, el arroz debe enjuagarse hasta que el agua salga clara. Esto eliminará el exceso de almidón, que hace que el pilaf quede pegajoso.
Ahora sobre la carne. El cordero es ideal, pero la carne de res y el pollo también funcionan.
La carne debe ser fresca y cortada en trozos de tamaño mediano. Freírlo en aceite caliente hasta que esté dorado. Esto sellará los jugos y hará que la carne quede jugosa.
El secreto del pilaf perfecto es el comino. Esta especia le da al plato un aroma único.
Añádelo junto con las cebollas y las zanahorias, que deben freírse hasta que estén blandas. Utilice también agracejo: aporta al pilaf una ligera acidez y un bonito color.
Ahora sobre el caldo. Debe estar caliente y verterse sobre el arroz. No revuelva el pilaf mientras se cocina: esto lo dejará blando.
Tapar el caldero con una tapa y cocinar a fuego lento. El arroz debe absorber todo el caldo y quedar desmenuzado.
Añade el ajo al final. Debe quedar introducido completamente en el centro del pilaf. El ajo agregará sabor al plato y lo hará aún más sabroso. Deje reposar el pilaf durante 10 a 15 minutos antes de servir. Esto permitirá que los sabores se mezclen.
Ahora ya sabes el secreto del pilaf perfecto. Prueba estos consejos y te sorprenderás de lo delicioso que puede ser este platillo. ¡Tus invitados seguro que pedirán más!