¿Alguna vez has notado que incluso seguir estrictamente una receta a veces no es suficiente para hacer una tarta perfecta? La masa se hundió, el bizcocho se volvió gomoso y los muffins se quemaron en el fondo. ¿Te suena familiar?
Resulta que hay un ingrediente secreto escondido en tu cocina que puede salvar incluso el postre más desesperado.
No es algo que se mencione a menudo en las escuelas de cocina, y los chefs profesionales aprietan los dientes cuando los novatos oyen hablar de ello.

No estamos hablando de polvo para hornear ni de extracto de vainilla. Este es vinagre de sidra de manzana normal. Sí, sí, esa misma botella que lleva años acumulando polvo en el rincón más alejado del armario.
¿Por qué funciona? Es simple: el vinagre reacciona con el bicarbonato de sodio, creando millones de burbujas de aire que hacen que la masa sea increíblemente aireada. Pero eso no es todo.
También neutraliza el sabor del bicarbonato de sodio que a veces hace que los productos horneados tengan un sabor a jabón y prolonga la frescura del postre.
Por ejemplo, si añades una cucharadita de vinagre a la masa de un pastel de chocolate, quedará húmeda, como en las panaderías caras, y no se pondrá rancia incluso después de tres días.
Intente amasar masa quebrada con vinagre: no se desmenuzará al extenderla y, después de hornearla, conservará su forma perfecta.
¿Cómo utilizar este truco de vida? Todo depende de la receta. Para galletas y magdalenas, 1 cucharadita es suficiente. para 2 tazas de harina. Si está horneando sin gluten, mezcle vinagre con leche vegetal (1 cucharada por taza) para reemplazar los huevos.
Incluso para el pan sin levadura, el vinagre será una salvación: añádelo al agua antes de amasar y la miga quedará esponjosa, como del horno de una abuela de pueblo.
Lo principal es no exagerar. Si agrega demasiado vinagre, la masa quedará agria, pero esto se puede corregir fácilmente aumentando la cantidad de azúcar o vainilla.
Y ahora el secreto más importante: el vinagre se puede sustituir por zumo de limón o incluso por kéfir. Pero es la versión de manzana la que funciona mejor en productos horneados dulces porque su aroma es casi imperceptible.
Intente agregarlo la próxima vez que hornee panqueques o pan de jengibre y se sorprenderá cómo una cosa tan pequeña cambia el resultado.
Los chefs, por supuesto, dirán que es hacer trampa, pero ¿su objetivo realmente es complacer a los snobs o tener la tarta perfecta para la cena?