En materia de reformas de viviendas el material más óptimo en la mayoría de los casos se llama azulejo.
De hecho, las ventajas son obvias: es suave, elegante y, lo más importante, fácil de limpiar.
La otra cara de la moneda es que no todas las superficies de un apartamento son aptas para revestir con azulejos.

Si intentas instalar baldosas en un lugar inadecuado, tendrás un sinfín de problemas.
Superficies brillantes
Sobre este tipo de revestimientos de encimeras, paredes o suelos las baldosas no podrán adherirse correctamente.
Con el tiempo puede deformarse, lo que puede provocar grietas. Incluso podría saltar.
Piso de madera
El problema es que la madera puede expandirse o contraerse dependiendo de los cambios en las condiciones de humedad y temperatura.
Con ajustes constantes como estos, pueden aparecer grietas en la baldosa, y con el tiempo esta puede deformarse.
Además, las irregularidades de la superficie de madera hacen que sea mucho más difícil pegar las baldosas.
Laminado
El problema aquí es que el material está hecho de una fina capa de plástico o madera.
Esto significa que el suelo laminado no tiene la resistencia necesaria para soportar las baldosas.
Además, la superficie laminada es demasiado lisa para una instalación confiable de las baldosas.
Además, el laminado tiene un mayor riesgo de deformación, especialmente si hay problemas con la base o mucha humedad.
En esta situación, las baldosas pueden empezar a resbalarse, agrietarse y, finalmente, deteriorarse.
¿Dónde es más adecuado el azulejo?
Requiere una superficie plana, rugosa y estable.
A la hora de revestir un suelo o una pared hay que pensar primero en crear una base, para lo cual se recomiendan placas de cemento o subcapas.
Pero para un suelo de madera o laminado, no deberías considerar en absoluto las baldosas: es mejor elegir tablas de vinilo o parquet.