Un cepillo de dientes viejo que estabas a punto de tirar puede convertirse en tu principal ayudante en la casa.
Por ejemplo, úselo para limpiar los azulejos del baño: las cerdas penetrarán incluso en las juntas más estrechas.
O elimine la suciedad de su teclado sin desmontarlo. Pero esto es sólo el comienzo.

Aplica la pasta al cepillo y pule tus cubiertos: brillarán como nuevos.
Y si mezclas bicarbonato con agua hasta formar una pasta y cepillas la suela de la plancha, ésta volverá a deslizarse sin manchas.
Otro truco es utilizar un cepillo para peinar las cejas. Aplicar una gota de aceite de ricino y alisar suavemente el cabello. Se volverán más gruesos dentro de un mes.
O limpia tu peine de pelos: pasa el cepillo sobre los dientes: los pelos se enrollarán alrededor de él y podrás quitarlos fácilmente.
Pero eso no es todo! Puedes utilizar un cepillo de dientes para limpiar las joyas.
Aplique una gota de jabón lavavajillas en las cerdas y frote suavemente las cadenas y los anillos. Incluso la suciedad más rebelde desaparecerá.
También puedes usarlo para quitar pelusa de tu ropa. Pasa un cepillo seco sobre tu suéter y lucirá como nuevo.
El secreto es guardar el cepillo no en el baño, sino en una caja de herramientas.
Puedes usarlo para limpiar zapatos, eliminar el polvo de la ventilación o incluso pintar pequeñas piezas de la casa.
Por ejemplo, retoque los desconchones de los muebles aplicando pintura con cuidado con un pincel de cerdas.