Desgraciadamente, sucede a menudo que mientras ordenamos las cosas en casa y limpiamos, nos acarreamos desastres en forma de enfermedades.
Esto se debe principalmente a los errores cometidos en esta noble causa.
Por ejemplo, al utilizar la misma esponja para lavar los platos o un paño seco para combatir el polvo.

Caldo de cultivo para microbios
En cuanto a la esponja de la cocina, es una de las cosas más sucias del apartamento.
Esto significa que la esponja es un caldo de cultivo ideal para bacterias dañinas, entre las que se encuentran a menudo la salmonella y el campylobacter.
Un estudio reciente realizado por la Fundación Nacional de Saneamiento de EE. UU. encontró que más del 75% de las esponjas de cocina están contaminadas con bacterias coliformes (como E. coli).
Como resultado, muchas amas de casa experimentan problemas gastrointestinales.
Los científicos dicen: los microorganismos pueden vivir durante meses en condiciones adecuadas, y una esponja es uno de esos lugares.
¿Por qué? Porque permanece húmedo durante un período de tiempo bastante largo, lo que brinda a los microbios la oportunidad de realizar una actividad vigorosa.
Cómo reemplazar una esponja
Los expertos recomiendan encarecidamente no utilizar la misma esponja para limpiar las superficies.
Especialmente aquellos que han tocado carnes, aves, mariscos y huevos crudos.
Se aconseja prestar atención al papel toalla.
Pero si todavía usas tela, debes cambiarla todos los días y lavarla exclusivamente con agua caliente.
trapo seco
En cuanto a combatir el polvo, no conviene quitarlo con un paño seco.
El hecho es que no acumula polvo, solo lo limpia con un cepillo.
Por ello, se recomienda armarse con una toalla húmeda o un paño de microfibra.
Por cierto, este último se puede utilizar en seco, ya que su material le permite capturar y retener el polvo.