Sal en lugar de químicos: Cómo una pizca convierte el lavavajillas en un superlimpiador

12.03.2025 10:24

¿Qué pasaría si la sal común pudiera hacer que tu jabón para platos funcionara el doble de bien?

¿No me crees? Prueba a poner una cucharadita de sal en una esponja, dejar caer el producto encima y frotar la sartén grasosa.

Incluso la placa seca desaparecerá sin esfuerzo y la superficie brillará como nueva.

sal
Foto: © Belnovosti

El secreto es que los cristales de sal actúan como abrasivo, mejorando la capacidad de limpieza del gel, pero no rayan la superficie.

¿Por qué funciona esto? La sal es un antiséptico natural que desengrasa y desinfecta. Cuando lo mezclas con jabón lavavajillas, rompe las moléculas de grasa, volviéndolas "más débiles".

La sal también suaviza el agua, evitando que aparezcan vetas en los cristales.

Añade una pizca al agua al lavar tus vasos y brillarán sin siquiera enjuagarlos bajo el grifo.

Pero el truco principal es el horno y la parrilla. Mezcle sal con líquido lavavajillas en proporción 1:1, aplíquelo sobre la grasa endurecida y déjelo actuar durante 15 minutos.

La suciedad se disolverá y todo lo que tendrás que hacer es limpiar la superficie con un paño húmedo.

Es mucho más barato que los productos de limpieza especiales y más seguro para la salud: no produce vapores corrosivos.

Un error común es utilizar sal gruesa en superficies delgadas. Utilice sal fina o marina sin aditivos para evitar rayones.

Otra ventaja: la sal prolonga la vida de tus esponjas. Déjalos en remojo durante la noche en agua salada para matar las bacterias y eliminar el olor.

Y si añades sal al agua al lavar los pisos evitarás que queden vetas y repelerás las hormigas.

Sencillo, barato y sorprendentemente eficaz: como todas las soluciones ingeniosas.

Antón Kurchev Autor: Antón Kurchev Editor jefe adjunto


Últimas noticias

Principales noticias

Todas las noticias