El secreto que todos los dietistas ocultan: cómo comer de todo y no engordar

25.02.2025 07:18

Probablemente hayas visto personas que devoran pizza, postres y comida rápida, pero aún así no ganan ni un gramo. ¿Cual es su secreto? ¿Genética? ¿Milagro? No. Todo es cuestión de cómo abordan la comida.

Imagina tu cuerpo como un automóvil que necesita combustible. Pero si le pones jugo a un motor de gasolina, se estropeará. Lo mismo le pasa a tu cuerpo cuando comes lo que quieres.

No se trata de renunciar a lo “nocivo”, sino de aprender a equilibrar.

Alimento

Las calorías son energía y si gastas más de lo que consumes perderás peso. Pero no todas las calorías son iguales.

200 calorías provenientes de vegetales te llenarán más que 200 calorías provenientes de dulces porque la fibra y las proteínas tardan más en digerirse.

¿Has comido una hamburguesa? Añade verduras, no patatas fritas.

¿Quieres algo dulce? Elija fruta o chocolate negro. De esta manera evitarás picos bruscos de azúcar en sangre que te harán querer volver a comer una hora después.

El movimiento también es importante. Incluso si no te gustan los deportes, caminar regularmente, limpiar o bailar te ayudarán a quemar el exceso.

Por ejemplo, utilice las escaleras en lugar del ascensor: en un mes esto quemará tantas calorías como tres entrenamientos en el gimnasio.

Y si añades 10 minutos de estiramientos por la mañana, mejorarás tu metabolismo y tu estado de ánimo.

El agua es tu aliada. A menudo se confunde la sed con el hambre: bebe un vaso de agua, espera 15 minutos y el deseo de picar algo desaparecerá.

Olvídate de las prohibiciones estrictas. Permitirte un trozo de pastel una vez a la semana no arruinará tu progreso. Lo principal es no convertirlo en un hábito.

Escucha a tu cuerpo: come cuando tengas hambre y deja de comer cuando estés lleno. Por ejemplo, si has comido mucho y una hora después vuelves a sentir hambre, pregúntate: “¿Tengo mucha hambre o simplemente estoy aburrido?”. Salga a caminar o lea un libro: esto suele ayudar.

Otro secreto es la planificación. Prepara tu comida para el día siguiente de manera que no cojas lo primero que veas cuando tengas hambre.

Lleva contigo frutos secos o frutas para tomar como refrigerio. Y no creáis en los mitos. Por ejemplo, “no comer después de las 6:00 pm” es un mito. Si te vas a dormir tarde, una cena ligera (verduras con pollo o requesón) 2-3 horas antes de acostarte no te hará daño.

Y recuerda: no existen alimentos “malos”, sólo proporciones incorrectas.

Por ejemplo, comer patatas fritas una vez al mes está bien, pero todos los días es demasiado. Aprende a disfrutar de la comida en lugar de devorar tus emociones.

Y si hoy comes demasiado, mañana simplemente vuelve a tu rutina normal. El cuerpo perdona los errores si no los conviertes en un sistema.

Igor Zur Autor: Igor Zur editor de recursos de internet


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