Las orquídeas han conquistado desde hace mucho tiempo los corazones de los cultivadores de flores, pero incluso los propietarios experimentados a veces se enfrentan a los caprichos de las bellezas tropicales.
Cuando una planta no quiere florecer y las hojas pierden su brillo, un ayudante inesperado llega al rescate: una cáscara de plátano.
Una receta de fertilizante sencilla no requiere ninguna habilidad especial.

La cáscara de un plátano se corta en trozos pequeños, se vierte con un litro de agua tibia y se deja reposar durante 6-8 horas.
El líquido resultante se filtra y se riega la orquídea desde la raíz una vez cada 3-4 semanas.
Es importante no exagerar: un exceso de nutrientes es tan perjudicial como una deficiencia.
La cáscara de plátano satura el sustrato con potasio, fósforo y magnesio.
Estos elementos fortalecen el sistema radicular, aceleran la formación de los tallos florales y prolongan el período de floración.
Un beneficio adicional es la mejora de la estructura del suelo: retiene la humedad por más tiempo y permanece transpirable.
El resultado se hace visible después de 2-3 meses. La orquídea produce hojas nuevas, seguidas de brotes con yemas.
Este método es seguro y rentable y, lo más importante, es adecuado incluso para plantas debilitadas.
Nota: solo se puede utilizar cáscara fresca. Las partes podridas de las cáscaras de plátano no son adecuadas para hacer fertilizante para orquídeas.