Cualquier jardinero lo sabe: la fertilización primaveral es la clave para una buena cosecha. ¿Pero qué pasa si no se dispone de estiércol convencional?
Los expertos agrónomos ofrecen una solución inesperada que no sólo sustituirá la materia orgánica, sino que también aumentará varias veces la fertilidad del suelo.
Poder de la sangre: carga de nitrógeno para las raíces
La harina de sangre es el primer componente de la mezcla. Este subproducto animal enriquece el suelo con nitrógeno, fósforo y potasio.

Después de tal alimentación, las plantas aumentan activamente la masa verde, forman raíces fuertes y resisten mejor las enfermedades.
Pastel que da resultados
La tarta de mostaza cumple una doble función: nutre y protege. Afloja el suelo, lo enriquece con materia orgánica y al mismo tiempo combate gusanos de alambre, nematodos y esporas de hongos.
Este es un “limpiador” natural para canteros de jardín que no dejará ninguna posibilidad de plagas.
Armas secretas de los océanos antiguos
La tierra de diatomeas, un polvo elaborado a partir de algas fosilizadas, completa los tres primeros puestos. Retiene la humedad, mejora la estructura del suelo y ayuda a las plantas a absorber nutrientes.
Bono: la diatomita aumenta el rendimiento, haciendo que las frutas sean más grandes y jugosas.
Mezclar los ingredientes en una proporción de 2:3:2 (harina de sangre, torta de mostaza, tierra de diatomeas). Añade la mezcla durante la excavación a razón de 2 a 3 tazas por metro cuadrado.
En pocas semanas, el suelo se volverá suelto y rico y las plántulas serán fuertes.
Esta receta ha demostrado que incluso sin estiércol se puede obtener tierra que funcione para la cosecha.