¿Tus plantas de interior están perdiendo lentamente su vitalidad y las hojas nuevas tardan en aparecer?
He aquí un método inusual que les devolverá el brillo y el crecimiento activo.
Estamos hablando de bañarse en agua caliente, un procedimiento que puede sustituir a docenas de suplementos y medicamentos.

¿Por qué las plantas necesitan agua caliente?
Una corriente de agua tibia no sólo elimina el polvo, sino que también estimula los procesos metabólicos en los tejidos de las plantas.
Después de tal “estrés”, las flores producen activamente nuevos brotes y su inmunidad se fortalece, reduciendo el riesgo de infección por hongos o plagas.
Lo principal es mantener el régimen de temperatura (40–50 °C) y no exceder el tiempo de exposición.
Cómo bañarse sin errores
Las plantas se colocan en el baño, después de regar la tierra con agua fría. Después de 30 a 60 minutos, cuando las raíces hayan absorbido la humedad, abra la ducha caliente, tratando uniformemente las hojas, los tallos y la capa superior del suelo.
Duración: ¡no más de 60 segundos! Después del procedimiento, las flores se dejan en un baño cerrado durante 2-3 horas para evitar la hipotermia.
¿Para quién es adecuado este método?
La ducha caliente está contraindicada para especies con hojas aterciopeladas (violetas, gloxinia), pero es ideal para spathiphyllum, ficus, cítricos y rosas.
Ya después de la primera sesión, muchos notan cómo el follaje opaco se vuelve brillante y los tallos se vuelven fuertes.
Pruébelo y sus plantas responderán a su cuidado con una floración exuberante.