Incluso los jardineros experimentados no están a salvo de errores fatales en el proceso de cultivo de plántulas.
Para evitar desanimarse por la escasa cosecha que obtiene de su parcela, asegúrese de estar haciendo todo bien.
1. Si las plantas carecen de luz, no crecerán plántulas fuertes, sino gigantes pálidos.

Sin 12 horas de luz, los tallos se estiran y las hojas se vuelven más pequeñas. Las fitolámparas con espectro rojo-azul solucionan el problema, pero su ausencia es motivo para posponer la siembra para más adelante.
2. El alféizar de la ventana a menudo se convierte en un lugar donde ocurren desastres térmicos.
Los cambios bruscos de temperatura entre el día y la noche debilitan el sistema inmunológico. La ventilación en tiempo helado y el sobrecalentamiento del radiador son causas típicas de la muerte de los brotes.
3. Un campo aplastado en lugar de una cama hace que los cultivos densos comiencen a competir por la luz y la nutrición.
Recogerlo en la fase de 2-3 hojas salva la situación, pero daña las raíces. Sembrar en recipientes separados elimina el estrés.
4. Protege a tus "mariquitas" de la terapia de choque. Un cambio repentino de una habitación a un terreno abierto destruye hasta el 30% de las plantas.
El endurecimiento comienza 10-14 días antes de la siembra, aumentando gradualmente el tiempo de “paseos” al aire libre.
5. Finalmente, el proceso de recolección en manos de muchos cultivadores de hortalizas se convierte en una fina línea entre la vida y la muerte.
No corra riesgos al trasplantar con raíces expuestas: preservar el cepellón acelera la adaptación. Las plántulas en casetes individuales evitan este procedimiento, ahorrando energía para el crecimiento.
Estos matices, imperceptibles a primera vista, determinan el destino de la futura cosecha. Corregirlos significa darle a las plantas la oportunidad de alcanzar su potencial.