Los psicólogos modernos están seguros de que los genios no nacen. Se convierten en ellos.
¿Dónde se puede encontrar esa misma manera de criar a un genio? Los libros de texto, desafortunadamente o afortunadamente, no te ayudarán con esto.
La clave del éxito radica en tu capacidad de hacer preguntas.
Los científicos han pasado décadas estudiando familias donde los niños lograron un éxito increíble y descubrieron una extraña paradoja: sus padres rara vez los obligaban a estudiar.
En lugar de eso, crearon un entorno donde la curiosidad era más importante que las calificaciones.
Por ejemplo, en lugar de explicaciones, le hicieron al niño contrapreguntas: “¿Por qué crees que las hojas son verdes?” Esto desarrolló el pensamiento crítico y la búsqueda independiente de soluciones.
Otro secreto es evitar los marcos rígidos. Los niños genios a menudo crecieron en hogares donde se fomentaba la experimentación y los errores.
Los padres no tenían miedo de que su hijo rompiera el juguete; les interesaba cómo lo arreglaría.
La tercera condición es el apoyo emocional sin presión.
Cuando un niño sabe que es amado no por sus logros, sino simplemente porque sí, deja de tener miedo al fracaso y se atreve a probar cosas nuevas.
Y finalmente, los padres que lograron alcanzar alturas asombrosas en el proceso de criar a un niño genio no ocultaron su ignorancia.
A menudo decían: “No lo sé, averigüémoslo juntos”.
Esto enseñó a los niños que incluso los adultos aprenden, y no hay nada de vergonzoso en ello.
Autor: Elena Shimanovskaya