Al llegar al quinto grado, uno de cada tres escolares sufre una curvatura de la columna vertebral.
Y no se trata sólo de aparatos: el culpable son los malos hábitos que se forman en la escuela y en casa. Los expertos nos cuentan cómo proteger a un niño de la escoliosis y el dolor de espalda.
Lo primero a lo que hay que prestar atención es al peso de los libros de texto. La norma para las clases más jóvenes es de 1,5 kg y para los estudiantes más mayores, hasta 4 kg.
La mochila debe tener una espalda rígida y correas anchas para que la carga se distribuya uniformemente. Es mejor evitar llevar bolsos en los hombros, ya que pueden provocar desequilibrio en la columna.
El lugar de trabajo de un escolar no requiere menos atención. La silla se selecciona de manera que los pies estén en el suelo y las rodillas formen un ángulo recto. Su espalda debe encajar cómodamente contra el respaldo y su palma debe caber fácilmente entre el borde de la mesa y su pecho.
Si su hijo se encorva, un reposapiés y un monitor a la altura de los ojos le ayudarán.
La natación, el baile y el esquí son deportes ideales para desarrollar un corsé muscular. Pero el tenis o la esgrima crean una carga asimétrica, por lo que es mejor combinarlos con un entrenamiento de fortalecimiento general.
Incluso 15 minutos de ejercicio al día reducirán el riesgo de problemas de postura.
No te olvides del colchón: una superficie demasiado blanda o demasiado dura deformará la columna durante el sueño. Los modelos ortopédicos apoyan las curvas naturales y la almohada no debe ser más alta que el ancho de los hombros del niño.
Los expertos recomiendan ejercicios sencillos que se pueden realizar incluso durante los descansos entre clases:
- Acostado boca abajo, levante el pecho y las piernas, manteniendo esta posición durante 10 segundos.
- Mientras está sentado en una silla, incline lentamente la cabeza hacia cada hombro, sintiendo el estiramiento en los músculos del cuello.
- De pie contra una pared, presione la parte posterior de la cabeza, los omóplatos y los talones, luego dé un paso hacia adelante, manteniendo la postura.
La salud de la espalda no es sólo la ausencia de dolor, sino también el buen funcionamiento de los pulmones, el corazón e incluso el cerebro.
Enséñele a su hijo a cuidar su postura ahora y le dirá “gracias” dentro de 20 años.
Autor: Elena Shimanovskaya