Tu hijo transmite juegos todo el día, tu hija se toma selfies en traje de baño y el chico de al lado gana dinero con criptomonedas en lugar de estudiar.
"¿Hacia dónde se dirige el mundo?" —Quiero exclamar. ¿Pero qué pasa si estos pasatiempos “terribles” son la clave del éxito en el nuevo mundo?
Tomemos los deportes electrónicos. Los jugadores profesionales ganan millones, firman contratos con marcas y viajan por el mundo.

Sí, las posibilidades de convertirse en una estrella son pequeñas, pero incluso a nivel amateur se desarrolla la reacción, la lógica y la capacidad de trabajar en equipo, habilidades necesarias en TI, medicina e ingeniería. Prohibirle a alguien jugar es lo mismo que prohibirle estudiar.
¿Qué pasa con los blogs? Los primeros vídeos de tu hija parecen tontos: bailes con música pop, desafíos de maquillaje. Pero detrás de esto se esconde la capacidad de comportarse delante de la cámara, editar vídeos y comunicarse con el público.
En 5 años, estas habilidades pueden convertirse en una carrera como gerente de SMM, productor de videos o incluso fundador de una startup.
En lugar de criticar, ofrece ayuda: “Pensemos en cómo mejorar la iluminación en la toma” o “¿Por qué no añadir subtítulos para una mayor accesibilidad?”. De esta manera te convertirás en un aliado, no en un enemigo, del progreso.
¿Pero qué pasa con los peligros? Criptomonedas, darknet, comunidades tóxicas: sí, existen riesgos. Pero las prohibiciones sólo estimularán el interés.
Es mejor enseñarle a tu adolescente a filtrar la información. Explique cómo reconocer a los estafadores, por qué no debe compartir datos personales y cómo proteger su huella digital.
Dígales que los estafadores a menudo se esconden detrás del anonimato de los foros y que el “dinero fácil” en línea generalmente conduce a la pérdida de ahorros. Los adolescentes valoran la honestidad: muéstreles los peligros y ellos mismos comenzarán a ser cautelosos.
Y lo más importante, entiende: su mundo es diferente al tuyo. Lo que para ti parece “inútil” es para ellos un lenguaje de comunicación, una forma de expresión e incluso una forma de arte.
En lugar de juzgar, trata de comprender. Pregúntale: “¿Por qué te gusta este juego?”, “¿Qué te atrae de este bloguero?”
Quizás descubras que detrás de los shooters simples hay historias complejas sobre elecciones morales, y detrás de los memes hay una aguda sátira social.
Y quién sabe, quizá en 10 años estos pasatiempos “estúpidos” se convertirán en un boleto a una vida con la que nunca te atreviste a soñar.