Incluso si no tienes hijos propios, es posible que hayas presenciado más de una vez cómo un niño en una tienda tiraba insistentemente de la manga de su madre y preguntaba con voz prolongada: “¡Vamos, cómpralo, cómpralo!”.
Por regla general, los niños piden comprar una barra de chocolate u otra golosina o ruegan que les compren otro juguete.
Los padres, intentando mantener la calma, explican que no tienen mucho dinero, que en casa tienen el mismo coche o la misma muñeca, que el bebé ya ha recibido una montaña de regalos por Año Nuevo o por su cumpleaños, etc.
Pero los niños no son tan fáciles de vencer. Cuando se han agotado todos los argumentos, a menudo recurren al último: “Mamá, ¡tú compras todo sólo para ti, pero nada para mí!”.
Por regla general, estas palabras se convierten en la gota que colma el vaso para un adulto paciente.
Después de esto, los padres suelen empezar a gritar y a reprochar a sus hijos su ingratitud.
Pero si nos fijamos en sus compras, queda claro por qué los niños piensan así: en la cinta transportadora del supermercado normalmente hay productos como alimentos, productos de limpieza, productos químicos para el hogar o cosméticos, un par de revistas...
En general todo es necesario y útil, pero no desde el punto de vista del niño.
¿Qué hacer en una situación así? ¿Darse por vencido y comprar un juguete? ¿O no comprarte nada en absoluto?
Ni la primera ni la segunda decisión pueden considerarse correctas.
Lo primero que hay que hacer es entender que el niño está, en primer lugar, agotado de estar tanto tiempo en la tienda, y en estos momentos se muestra caprichoso precisamente por el cansancio.
Una vez que entiendas esto, te será más fácil ser paciente ante un sinfín de solicitudes.
La próxima vez que vaya de compras, intente involucrar a su hijo en el proceso.
Hable sobre lo que necesita y por qué, explique la importancia de cada compra, si cada artículo debe comprarse hoy o puede esperar.
Esto ayudará a su hijo a comprender que todo lo que usted toma es importante no sólo para usted, sino también para él.
Quizás tengas que renunciar a algunas cosas, como esa revista femenina, pero tu tranquilidad valdrá la pena.
Autor: Elena Shimanovskaya