¿Por qué los niños odian leer? Un error que cometen incluso las familias avanzadas

03.03.2025 11:58

Le lees a tu hijo desde la cuna, lo rodeas de libros, lo inscribes en la biblioteca... y él se estremece ante la palabra "letras".

¿Cuál es el truco? Resulta que la razón no son los gadgets ni la pereza. El problema es que tú (¡sí, tú!) has convertido la lectura en... un castigo.

¿Suena absurdo? Vamos a explicarlo ahora.

lectura
Foto: © Belnovosti

Recuerda: cuando un niño se porta mal, amenázalo: “¡Si no te calmas, leerás un libro en lugar de dibujos animados!”. O bien: “¡No puedes salir a caminar hasta que termines de leer el capítulo!”

El cerebro del niño asocia claramente la lectura con la negatividad. Para él, esto no es una aventura, sino un deber, como lavar pisos.

Incluso si no haces esto, la escuela a menudo termina lo que empezó: "Leer, volver a contar, responder las preguntas". Los libros se convierten en parte del «currículum obligatorio» en lugar de ser una fuente de alegría.

El segundo error es imponer los libros “correctos”. "Harry Potter es una tontería, en mi infancia hubo auténticos héroes!"

Pero al niño no le interesan tus ideales. Si le gustan los cómics de monstruos, cómprele algunos. Déjenle leer incluso las etiquetas de los cereales: lo principal es que el proceso esté asociado con la libertad, no con el deber.

¿Cómo solucionar la situación? Crea rituales donde la lectura sea un placer, no una lección. Por ejemplo, por la noche, apaguen las luces, enciendan una linterna y léanse “historias de terror” en un susurro.

O sugerir: “Déjame leer el primer capítulo y si no quieres, lo dejamos”. Lo más probable es que te pida que continúes.

Otro truco de vida: “olvidar” el libro en el lugar más visible. A los niños les encanta aquello que “no está permitido”, por lo que un volumen con una portada intrigante dejado “accidentalmente” sobre la mesa puede convertirse en un imán.

Y recuerda: a un niño le encantarán los libros solo cuando vea cómo tú mismo te sumerges en ellos con placer, y no porque “tienes que hacerlo”.

La lectura debería oler a misterio, no a escuela. Empiece por esto y dentro de un mes él mismo le pedirá un nuevo libro.

Antón Kurchev Autor: Antón Kurchev Editor jefe adjunto


Últimas noticias

Principales noticias

Todas las noticias