Lo que tu lenguaje corporal dice de ti: 5 gestos que delatan tu inseguridad

14.02.2025 21:02

El lenguaje corporal funciona como un detector de la verdad: revela lo que escondes cuidadosamente detrás de sonrisas y frases seguras.

Tomemos como ejemplo el gesto de frotar el cuello. Parece inofensivo, pero según los psicólogos, se trata de un intento subconsciente de “cerrar” una zona vulnerable, como si te estuvieras defendiendo de un golpe.

¿Y qué pasa con las manos entrelazadas sobre el estómago? Esta no es sólo una pose para comodidad.

Manos
Foto: © Belnovosti

En 2024, investigadores de la Universidad de California descubrieron que las personas que utilizan gestos cerrados durante las negociaciones reciben un 40% menos de aprobación de sus ideas, incluso si sus propuestas son objetivamente más sólidas.

Tomemos un experimento publicado en el Journal of Experimental Psychology (2023), donde los participantes se sentaron con la espalda recta y las palmas de las manos sobre una mesa. Su éxito en la negociación aumentó no sólo por la disminución del cortisol. Resulta que las posturas abiertas evocan inconscientemente en el interlocutor asociaciones con la honestidad.

“Cuando las palmas de las manos están sobre la mesa, es una señal: ‘No tengo nada que ocultar’”, explican los autores del estudio.

¿Pero qué pasa si estás nervioso? Pruebe el “método del espejo”: copie discretamente las posturas de un interlocutor seguro.

Por ejemplo, si él está sentado en su silla, haz lo mismo. Esto no sólo aliviará la tensión, sino que también creará un efecto de “parentesco” a nivel no verbal.

Aquí hay una historia de Andrey, un gerente de Praga: “En la presentación, me di cuenta de que me tocaba constantemente la barbilla. Mis colegas dijeron después que yo parecía vacilante. Ahora, antes de hablar, pongo mis manos sobre la mesa, como se aconseja en el artículo”.

Este truco de vida funciona porque mantener las manos en una posición reduce la cantidad de gestos “traicioneros”.

Otro ejemplo es el balanceo de piernas. Mucha gente piensa que esto es sólo un hábito, pero los neurobiólogos asocian estos movimientos con el intento del cerebro de “quemar” el exceso de adrenalina. Si no puede parar, reemplace el balanceo presionando deliberadamente los pies contra el suelo. Esto creará la ilusión de estabilidad y ayudará a cambiar el enfoque.

Pero ¿qué pasa si ya te has “pillado” a ti mismo haciendo gestos inciertos? No entrar en pánico.

En lugar de cambiar de posición bruscamente, hazlo suavemente. Por ejemplo, si tienes los brazos cruzados, bájalos lentamente mientras asientes con la cabeza en señal de acuerdo. Esto hará que parezca que estás considerando la información en lugar de intentar defenderte.

Tus gestos no son enemigos, sino indicadores. Al aprender a leerlos, conviertes la incertidumbre en una herramienta.

Empiece poco a poco: hoy controle la posición de sus manos; mañana, experimente con su forma de andar. Dentro de un mes, notarás cómo la gente comenzará a reaccionar de manera diferente ante ti, incluso sin una sola palabra.

Elena Shimanovskaya Autor: Elena Shimanovskaya Editor de recursos de Internet.


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