Tu autoestima es una mentira: cómo un mecanismo oculto en tu cerebro te impide convertirte en quien deberías ser

20.02.2025 17:45

¿Te despiertas pensando: “No soy lo suficientemente bueno”? Felicidades, tu cerebro te está engañando.

Los científicos han pasado décadas estudiando por qué las personas inteligentes y talentosas se estancan durante años, mientras que aquellos que son “peores” llegan a la cima.

¿Pereza o mala suerte fatal?

Resultó que no era cuestión de pereza o destino, sino de un filtro invisible que distorsiona la realidad.

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Foto: © Belnovosti

Este filtro es la autoestima. Pero he aquí la paradoja: rara vez está conectado con habilidades reales.

Por ejemplo, el 40% de las personas que se consideran perdedores son objetivamente exitosos. ¿Cómo es eso?

Es muy sencillo: el cerebro no te compara con los demás, sino con un “ideal” imaginario imposible de alcanzar. Pero hay una manera de engañar al sistema.

Prueba el "método del espejo"

Cada día hazte tres preguntas que reprogramarán tu percepción.

No esperes la motivación: llegará más tarde. Al principio solo habrá acciones similares a una partida de ajedrez a ciegas. Pero después de un mes, notarás cómo los viejos miedos pierden su poder y el crítico interno se silencia.

Y sí, no tienes que ser la “mejor versión de ti mismo”; sólo tienes que dejar de creer que tal versión existe.

El “método del espejo” no es magia, sino neurobiología. Cada mañana, mirando tu reflejo, pregúntate:

  • "¿Qué haré hoy por mí mismo y no para la aprobación de los demás?"
  • "¿Qué pequeña victoria me hará sentir orgulloso esta noche?"
  • "¿De qué me estoy perdonando ahora mismo?"

La primera pregunta rompe el patrón de dependencia de la evaluación externa. Por ejemplo, en lugar de “terminar un proyecto para complacer a mi jefe”, eliges “salir a caminar durante mi hora de almuerzo para estirar la espalda”.

La segunda pregunta cambia el foco de los grandes objetivos (“convertirse en millonario”) a los microéxitos (“escribir 100 palabras para un libro”).

El tercero es el más importante. Acumulamos culpa por nuestros errores, como un chatarrero, y luego nos preguntamos por qué no tenemos fuerzas. El perdón no es una debilidad sino un reinicio.

Pero ¿por qué el cerebro se aferra tan obstinadamente a la baja autoestima?

Es simple: es un mecanismo de defensa. Si crees que "no eres lo suficientemente bueno", no tendrás que correr riesgos y fracasar.

Es mejor sentarse en una jaula que caer mientras intentas volar. Pero hay una salida: la “vacunación por fracasos”. Empieza a hacer conscientemente aquello en lo que eres “malo”: canta karaoke si eres tímido con tu voz; Publica un mensaje incluso si parece estúpido.

Cada pequeño “fracaso” reducirá el miedo a los grandes. En un mes, comprenderás que el mundo no se ha derrumbado y tu autoestima ha comenzado a crecer, simplemente porque has dejado de alimentar al crítico interno.

La ironía es que la alta autoestima también es una trampa.

Aquellos que piensan que son “mejores que los demás” a menudo sabotean el crecimiento: ¿para qué cambiar si ya soy perfecto?

El secreto está en el equilibrio: aceptarte ahora, pero creer que mañana puedes ser diferente. Imagina que eres un río. El agua fluye, la forma de las orillas cambia, pero la esencia permanece.

Deja de aferrarte a “Yo soy mis logros” o “Yo soy mis fracasos”. Eres un proceso. Y cada día tienes derecho a elegir hacia dónde fluir.

Igor Zur Autor: Igor Zur editor de recursos de internet


Contenido
  1. ¿Pereza o mala suerte fatal?
  2. Prueba el "método del espejo"
  3. Pero ¿por qué el cerebro se aferra tan obstinadamente a la baja autoestima?
  4. La ironía es que la alta autoestima también es una trampa.

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